29 Sep
29Sep

"Las actitudes del traductor general y del literario son diferentes ante los textos que han de traducir, y ello porque los textos literarios se caracterizan por una sobrecarga estética. De hecho, el lenguaje literario podría definirse como todo lenguaje marcado con recursos literarios, es decir, con recursos cuyo objetivo es complacerse en el uso estético de la lengua y en transmitir emociones al lector. Son características propias del lenguaje literario, entre otras: una integración entre forma y contenido mayor de la habitual, y una especial vocación de originalidad. Además, los textos literarios crean mundos de ficción que no siempre coinciden con la realidad" (Marco Borillo, Verdegal Cerezo y Hurtado Albir, 1999: 167).  

Algunos de los elementos que más caracterizan la traducción de textos literarios y que más condicionan el trabajo del traductor son: 

- Sobrecarga estética y desviación respecto al lenguaje general; 

- Combinación de diversos tipos textuales (narrativo, descriptivo, conceptual, etc.);

- Diferentes campos semánticos (los texto literarios también pueden presentar lenguajes de especialidad); 

- Importante conexión con la cultura y tradición literaria de partida.

Por lo tanto, una de las competencias fundamentales del traductor que trabaja con esta tipología de textos es la competencia literaria, que implica amplios conocimientos literarios y culturales, buenas habilidades de escritura y, sobre todo, muchísima creatividad.


Géneros literarios

- NARRATIVA (cuento, novela corta, novela policíaca, novela de aventuras, novela histórica, etc.); 

- POESÍA (dramática, lírica, épica, etc.); 

- TEATRO (comedia, tragedia, drama, etc.). 


Mi mundo literario

Mis servicios se centran especialmente en los géneros narrativos. 

Me fascina el mundo editorial: mi sueño es traducir un libro, una novela, y estoy trabajando en ello. En particular, me gustaría traducir novelas románticas. Y aquí, los me conocen se estarán riendo a carcajadas, porque no me pegaría nada, además de tratarse de un género a menudo considerado secundario, simple, inútil, dedicado a las mujeres y a los infelices. A pesar de esto, sigue siendo el más leído. 

¿Por qué me gustan tanto las novelas rosa?

Pues, porque todos se enamoran, y cada uno lo hace de una manera diferente. Por eso, siempre habrá una historia de amor para contar, para leer, para descubrir, para vivir. No importa que uno ya esté enamorado: nuestro ser más profundo siempre necesita volver a aquella chispa inicial, a las mariposas en el estómago, a veces para rememorar algo que pasó, otras para descubrir algo que nunca hemos vivido, y otras para revivir lo que ya tenemos. 

¿En qué situación me encuentro yo entre las mencionadas? No lo voy a revelar. Lo que puedo decir, con total seguridad, es que siempre necesito leer algunas nuevas. 

Y como escribe Robert McLiam Wilson en Eureka Street, "todas las historias son historias de amor".

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